domingo, 12 de abril de 2015

Seat 600 D turismo competición (1966).

La casi inexistencia en nuestro país de coches rápidos y asequibles propició las transformaciones a partir del 600. Apareció una pequeña industria auxiliar que suministraba los accesorios y componentes necesarios a todo aquel que quisiera mejorar el comportamiento mecánico y la estética de su utilitario cotidiano.

El buen hacer y la calidad de las preparaciones favorecieron la creación de la “mesa del trucaje” formada por renombrados preparadores que hacían de sus transformaciones auténticas obras artesanales. Conti, Creus, Juncosa o Nardi, entre otros, fueron los creadores de estas “balas” en las competiciones del momento.


Exteriormente, la mayoría de estos pequeños bólidos habían perdido los parachoques y los anagramas para aligerarlos y darles una apariencia más agresiva. Solían tener modificada la tapa trasera del motor para que permaneciera permanentemente abierta pues junto al cambio del radiador, del cárter original de acero por otro de aluminio aleteado y de la polea de la bomba de agua se mejoraba la refrigeración del motor. En este tipo de transformaciones el bastidor se reforzaba en sus puntos más críticos para evitar que se deformara durante las carreras.


La emoción que sintieron aquellos que vieron en el Seat 600 sus sueños cumplidos se plasmó en una auténtica fiebre por todo lo relacionado con el pelotilla. Varios productos utilizaron su imagen y no fue extraño encontrar el Seat 600 ilustrando desde ceniceros a sobres de azúcar. 
 
Convertido en un modelo clásico para las generaciones venideras, el Seat 600 fue protagonista de viñetas, fotografías y películas de la época donde aparecía siempre en segundo plano como testigo de excepción de los avances de varias generaciones de españoles.


El motor de los pelotillas preparados era el 4 cilindros en línea ubicado en posición trasera longitudinal, al que se le habían modificado el árbol de levas, pistones, cultata, carburador, etc. para desarrollar casi 50 CV a 6.000 rpm y alcanzar los 160 km/h. La tracción era trasera y la caja de cambios manual de 4 relaciones, la cual cambiaba entre desarrollo largo o corto según las características del circuito.

Las suspensiones de muchas preparaciones para competición sustituían los amortiguadores por unos Lip-Allinquant, en el eje delantero invirtiendose la hoja central de la ballesta y en la trasera se reforzaba con unos muelles más cortos y gruesos. De esta forma se bajaba el centro de gravedad y se aumentaba la resistencia al deslizamiento lateral.

En el siguiente enlace hay más información: Prueba: Seat 600 Abarth 2000 - Piel de toro - La web de los coches clásicos.

La miniatura está fabricada por Solido en escala 1/43 y corresponde a la entrega nº 35 del coleccionable Todos los Seat 600 de Salvat. Se trata de un modelo bien resuelto, muy detallado, tanto interior como exteriormente, con un buen molde y un pintado correcto. El fallo más significativo son los pivotes de las luces. Si apreciáis algún otro fallo no dudéis en comentarlo.

2 comentarios:

  1. Muy lindo 600, bien de competición.
    Veremos si por estas tierras llegan algunos ejemplares perdidos de ese coleccionable de Salvat.
    Abrazos!

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  2. El pequeño 600 en versión rebelde, muy curioso!

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